La fuerza de la tenacidad: ventajas de jugar lento en póker

Last Updated on septiembre 25, 2023 Author:Juan Blanco

jugar poker lentoEl arte de la guerra se basa en el engaño. Por lo tanto, cuando uno es capaz de atacar, debe aparentar incapacidad; cuando las tropas se mueven, aparentar inactividad. Si está cerca del enemigo, ha de hacerle creer que está lejos; si está lejos, aparentar que se está cerca”. Esto fue lo que escribió Sun Tzu en “El arte de la guerra”, uno de los libros de estrategia más emblemáticos de la historia, donde se hace un culto a una particular forma de combatir que finalmente se vuelve mucho más efectiva que el enfrentamiento directo.

Así como en la guerra, el juego póker se basa en un enfrentamiento con miles de caminos posibles para conseguir el triunfo, pero con una premisa en común que este autor realza como un factor clave: el correcto manejo del engaño. Tanto es así, que el hecho de hacer creer que uno posee una gran mano podría intimidar a nuestros rivales. Similar efecto a tu favor tendría lo opuesto: farolear e intimidarlos hasta que decidan claudicar sin percibir, en ningún momento, que no cuentas con las herramientas suficientes para superarlos. Por eso, este método de construcción en póker es una forma muy adoptada en el mecanismo de juego.

Las claves del póker

En cualquier caso, nunca debes perder de vista una de las premisas clave del póker: intentar minimizar daños cuando te encuentres en desventaja, y maximizar las ganancias en el momento en el que estés en una situación ventajosa. Por eso, cuando tengas una mano muy fuerte y no haya grandes riesgos de que el rival consiga dar vuelta a la situación, existen estrategias que te permitirán poner más dinero en el bote antes de que se revele la fuerza real de tu mano.

Además, cambiar los roles suele ser efectivo: tener a tu rival en una posición de agresor lo condiciona a no claudicar tan rápido, por lo que buscará no ceder ante el primer contragolpe. Esto dependerá igualmente de tu capacidad para responder: quizás se vuelva tentador responder de manera agresiva para no pasar mayores riesgos y asegurarte lo apostado, pero también podría ser interesante buscar una resubida controlada esperando que el contrincante acepte, con el fin de volverte mucho más agresivo en la siguiente mano.

La opción de jugar lento en póker

Al mismo tiempo, esto puede ser acompañado por el juego lento, una estrategia de póker que tiene la capacidad de “disfrazar” tu mano y tender una trampa a los adversarios. Quizás, si en lugar de apostar de manera agresiva cuando tienes la mano ganadora dejas pasar la oportunidad, tendrás la posibilidad de atrapar un posible farol y hacer que el contrincante se vea obligado a realizar apuestas adicionales o a resignarse a perder lo que ya apostó.

Igualmente, puedes jugar lento en póker y ver lo que sucede, esperando a que tu oponente lo interprete como una mano débil. Si lo consigues, puedes subir en la siguiente ronda de apuestas y acabar consiguiendo un bote mucho mayor.

En algunas ocasiones, te puedes encontrar con que desde el flop ya te sientes ganador. Quizás con un color alto, una escalera servida o cualquier otra mano que te da la certeza de que no habrá oponente en la mesa que tenga una mejor mano que la tuya. Sin embargo, en ese tipo de situaciones lo mejor es considerar tus opciones e intentar hacer crecer el bote para llevarte una cantidad mucho mayor de lo que podrías de jugar rápido.

Cómo se juega lento en póker

Cuando juegas en mesas regulares o en torneos de póker, lo lógico es salir apostando fuerte. Sin embargo, al hacerlo se le estás diciendo a tu oponente que tienes una mano poderosa, y esto dista mucho del arte de engañar del que hablamos anteriormente. Por eso, si tu oponente es un jugador inteligente y analítico, no deberías asustarlo desde el inicio de la mano.

El mejor plan es el de jugar despacio en lugar de agredirlo desde el principio. Jugar lento en póker no es más que aplazar tu opción de actuar hasta más tarde. Cuando aplicas esta estrategia de juego, tu oponente no puede hacer muchas suposiciones sobre la fuerza de tu mano. Y si lo hace, podría llegar a estar lejos de la realidad, cayendo en tu trampa.

Cuando detectes que el oponente ha mordido el anzuelo y lanza una apuesta, tendrías que volver a considerar tus opciones. Puedes subir la apuesta y avisar a tu oponente de que tienes una gran mano, o puedes igualar, con una muestra de duda, de un falso análisis que esconda el poder destructivo de tu mano. De esta forma, tu rival probablemente se imaginará que tiene una posición ventajosa, por lo que muy probablemente querrá apostar de nuevo en la siguiente ronda. Apostará porque no quiere ceder de manera tan rápida. Así que tú pasas y él apuesta.

La hora de ir a por todas

Allí será el momento de ponerlo contra las cuerdas. Dependerá de ti y de tu stack ver hasta donde quieras llegar. También del tipo de evento que estés jugando: no será lo mismo si estás jugando un torneo de póker con dinero real que jugando por diversión con tus amigos. En cualquier caso, ya habrás sacado el máximo rédito posible a tu mano. Esto se debe a que el juego lento hizo lo que el juego agresivo no habría hecho. Le diste a tu oponente tanto el motivo como la oportunidad de acorralarse a sí mismo apostando agresivamente.

Y ahora tiene que tomar la difícil decisión de retirarse y entregar el bote o aceptar tus subidas y arriesgarse a perder la cantidad de fichas que tú estés dispuesto a poner sobre la mesa. En cualquier caso, ya no habrá marcha atrás. De una u otra forma, habrá perdido.

Cuidado con los jugadores muy conservadores

Lo cierto es que también hay que tener en cuenta que el juego lento en póker no siempre funciona de esta manera. Sobre todo, cuando has sido capaz de identificar que te enfrentas a unos tipos de jugadores muy conservadores o pasivos. Estos contrincantes cautelosos comprobarán con un mayor detenimiento cada ronda, manteniendo un bote pequeño si no lo ven claro.

Después de todo, con una mano muy fuerte, tu oponente no tiene nada que perder. Y, con una mano débil, puede retirarse con la conciencia tranquila de no haber perdido demasiado. Por eso, cuando se encuentra con este tipo de rivales, siempre es mejor adoptar otro tipo de estrategias y ponerse en una situación más agresiva.

Conclusión

En conclusión, la decisión de jugar lento en póker depende en parte de las características de los oponentes y de su estilo de juego. También depende de lo bien que se mantengan tus cartas durante el resto de la mano. Si sabes que tienes la mejor mano en el flop, pero el tablero tiene muchas cartas y queda más de oponente en la mesa, sería una locura jugar despacio.

Como en la guerra, es importante saber elegir el momento y el rival para aplicar la estrategia más adecuada: el juego lento es más un arte que una ciencia exacta. Un arma letal que tendrás a disposición, pero que deberás saber bien cuándo y contra quién ponerla en práctica.

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Juan es uno de nuestros redactores principales de Póker de nuestra página en español para usuarios tanto de España como de Latinoamérica. De la misma manera, colabora con nuestra web en inglés, redactando diferentes noticias relacionadas con el sector del póker para lectores de Estados Unidos, Reino Unido, Canadá o Australia.

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