Perros jugando póker: historia, curiosidades y legado

Seguro que lo ha visto alguna vez, incluso si no estás muy puesto en el mundo del arte. Hablamos del cuadro perros jugando póker, todo un icono tanto en la industria del juego como entre los amantes del sector artístico. Esta pintura ha dado lugar a múltiples recreaciones a lo largo del tiempo, rindiendo homenaje al misterio que lo rodea y a su estatus de culto entre los aficionados a los juegos de póker.

Pero, ¿cuál es la historia de la obra de los perros jugando al póker? ¿Por qué ha perdurado tantos años? ¿Cuál es su significado cultural en el mundo actual? Si te interesa dar respuesta a todas estas preguntas, te recomendamos que sigas leyendo. Descubrirás los motivos por los que una simple representación de unos perros jugando al póquer ha alcanzado tal fama mundial.

La historia de perros jugando al póker

Seguramente, ya sabrás que no existe un único cuadro de perros jugando póker. Podemos encontrar innumerables imágenes que representan a perros sentados alrededor de una mesa y en las que se incluyen cartas, fichas de póker e incluso algún que otro vaso con su correspondiente bebida (no precisamente isotónica).

Sin embargo, la obra original de perros jugando al póker, titulada simplemente como “Poker Game”, es un óleo de 1894 de Cassius Marcellus Coolidge. Se trató de un tipo conocido coloquialmente como “Kash Koolidge” que tenía poca formación artística y creció en el seno de una humilde familia cuáquera de Nueva York.

En algún momento de la década de 1870, Coolidge empezó a pintar perros en situaciones humanas y, poco tiempo después, consiguió asociarse con la empresa publicitaria Brown & Bigelow para crear una serie de óleos para ellos a principios de la década de 1900. Fue este encargo el que dio origen a la famosa obra “Perros jugando al póker”, aunque Coolidge ya la había creado varios años antes.

Además del icónico óleo de los canes alrededor de la mesa de póker, el autor dio vida a otros perros antropomórficos en la serie como: “One to Tie”, “Two to Win”, “Pinched with Four Aces”, “His Station and Four Aces” and “Ten Miles to a Garage”, todos ellos muy destacados en aquella época y en las décadas siguientes.

En 2015, más de un siglo después de que Coolidge creara la emblemática “Poker Game”, la pieza se vendió en Sotheby’s Nueva York por 658.000 dólares. Pero, ¿por qué la imagen ha cautivado la imaginación en los últimos 100 años? ¿De dónde surgió la idea?

Marketing colateral: la creación de la serie de Coolidge

No está claro qué motivó a Coolidge a humanizar a los perros, ya que poco se sabe de la vida del artista y él nunca dio pistas de donde procedía su inspiración a nivel creativo. Sin embargo, los críticos de arte han comparado la pintura en la que se ve a perros jugando partidas de póker con las obras de Miguel Ángel o Cézanne, que representan escenas de cartas similares, aunque con seres humanos (y no animales) como protagonistas.

La obra de Coolidge también se ha comparado con la del artista inglés Sir Edwin Landseer, que en “Laying Down the Law” de 1840 representó a perros en un estado pensativo similar al humano. Pero estas comparaciones son especulativas y no arrojan luz sobre los motivos que impulsaron a Coolidge a dar vida a su emblemático cuadro.

Sabemos que la empresa publicitaria neoyorquina Brown & Bigelow encargó a Coolidge la realización de 16 óleos, y es probable que fuese la propia entidad la que diera instrucciones sobre lo que esperaba de él. Sus pinturas, entre las que se encuentra el cuadro de perros jugando póker, aparecieron principalmente en calendarios y carteles que se convirtieron en un éxito nacional en Estados Unidos.

Así pues, aunque probablemente nunca sabremos qué motivó a Coolidge a crear el cuadro de los perros jugando al póquer, no cabe duda de que fue su colaboración con Brown & Bigelow lo que atrajo la atención de las masas.

El legado de perros jugando póker

Invariablemente, perros jugando póker es un cuadro con el que la mayoría de los apasionados a este juego de cartas están familiarizados, aunque desconozcan sus orígenes o su ascenso a la popularidad. Es una imagen impactante capaz de llegar a millones de personas porque combina la afinidad del ser humano con estos animales y la pasión por el juego de cartas.

Hoy en día, se pueden encontrar variaciones del cuadro de los perros jugando al póker en prácticamente todos los ámbitos de la vida: estampados en productos textiles, en recuerdos y, por supuesto, en réplicas impresas. Contar con una réplica de Poker Game en la pared de tu apartamento para disfrutar de una partida de póker con amigos hará la velada todavía más especial.

Por otro lado, cabe señalar que hay tantas variantes del cuadro original de Coolidge que mucha gente no sabe cuál es el original. Esto tiene que ver, en gran medida, con que el artista pintó varios óleos de perros jugando a las cartas a lo largo de su carrera, por lo que no sorprende que mucha gente no esté segura de cuál es la obra original.

Aunque no se pretendía que fuera una obra independiente y se introdujo inicialmente como material de marketing, debemos agradecer a Coolidge su ingenio y que diera a conocer al mundo el célebre cuadro de los perros jugando póker.

Si buscas un complemento icónico para tu casa, junto con una de las mesas de póker de primera categoría, no hay duda de que una réplica de Poker Game impresionará a tus invitados cuando organices tu próxima velada en un futuro cercano.